I.
Hace tiempo que nadie dormía donde vos estás durmiendo, así lo decidí por un rato.
Hace tiempo que nadie dormía donde vos estás durmiendo, así lo decidí por un rato.
Me gusta como dormís, respirás pesado,
pegado a mí. Me gusta tu calor, el peso de tu brazo sobre mi costado, cuando me
apretás con fuerza entre sueños. Me gustan tus pies entre los míos.
Dormir ya no es para mí. Y ahora que estás
aquí estoy demasiado ocupada disfrutándote, recolectando recuerdos que me van a
atormentar luego: tu respiración y tu olor a piel.
Abro los ojos, el reloj dice que son las
5:47am y lo detesto. Si fuera de madrugada te habría despertado cuando estaba
oscuro, te habría presentado la hora que siempre me despierta y a lo mejor vos
la habrías podido convencer que me dejara en paz. Pero ya amaneció, hay luz y
es muy temprano para arrancar el día.